Wonder Wheel (2017)

“Wonder Wheel” es una película de Woody Allen que, en lugar de la habitual sátira mordaz o las situaciones absurdas que nos hemos acostumbrado a ver, opta por una contemplación melancólica y nostálgica ambientada en el bullicioso Coney Island de la década de 1950. La película no busca desatar la risa, sino más bien, evocar una sensación de desilusión y la fugacidad del tiempo y el amor. Allen se aleja, en cierta medida, de sus temas recurrentes, centrándose en personajes marginados y en la grieta que se abre en sus vidas, un espacio donde la esperanza y el deseo se disipan.

La dirección de Allen es precisa y atmosférica. Captura a la perfección la esencia de la época, con una cuidada puesta en escena que evoca los recuerdos de una era dorada, pero con una leve iridiscencia que sugiere que bajo la superficie de esa felicidad, existía una inestabilidad subyacente. El uso del color es particularmente efectivo, con tonos pastel que contrastan con la oscuridad emocional de los personajes. Sin embargo, la película se mueve a un ritmo pausado, casi contemplativo, lo que podría resultar lento para algunos espectadores que buscan una trama más dinámica. A veces, la lentitud se convierte en una debilidad, restando fuerza a las emociones que se buscan transmitir.

Las actuaciones son sobresalientes. Evangeline Lilly, Jim Belushi y Juno Temple brillan cada uno a su manera. Belushi, en particular, ofrece una interpretación particularmente conmovedora como Humpty, un hombre atormentado por sus demonios y las decisiones de su pasado. Su vulnerabilidad y su incapacidad para conectar plenamente con su familia son elementos que resuenan con fuerza. Lilly aporta una elegancia y una melancolía sutiles a Ginny, una mujer atrapada en la mediocridad de su matrimonio y en la búsqueda de su propio destino. Temple, como Carolina, irradia una vitalidad rebelde que contrasta con la aparente decadencia del entorno, demostrando una madurez sorprendente para su edad.

El guion de Allen, en general, es sólido, aunque a veces carente de la complejidad y el ingenio que podríamos esperar de él. La historia, aunque sencilla, está bien construida y explorada, centrándose en la interconexión de las vidas de los personajes. No obstante, la película se apoya mucho en la atmósfera y en la interpretación de los actores, a menudo dejando de lado un desarrollo más profundo de los personajes secundarios. La trama principal, la fuga de Carolina, sirve como catalizador para explorar las dinámicas familiares y las frustraciones de los protagonistas, pero carece de un clímax realmente impactante. La sensación de que la película termina en un punto de suspensión, sin una resolución definitiva, es intencionada, pero puede dejar al espectador con una ligera sensación de insatisfacción.

En definitiva, "Wonder Wheel" es una película elegante y evocadora, que invita a la reflexión sobre el amor, la pérdida y el paso del tiempo. Si bien no es una obra maestra, ofrece una experiencia cinematográfica agradable y digna de ser contemplada, especialmente para aquellos que aprecien el cine de Woody Allen en su faceta más melancólica.

Nota: 7/10