World and Time Enough (1995)

“World and Time Enough” no es una película que se consume; es una que se siente. Es una película que se instala en la piel y te queda, un pequeño eco de melancolía y esperanza en el pecho. Dirigida con una sensibilidad notable por el colectivo Silver Salt, esta obra se aleja de la grandilocuencia y opta por la sutileza, la observación paciente y la conexión íntima entre sus personajes. La película, centrada en la vida de dos hombres – un artista gay, Ben (interpretado por Jennifer Jordan Campbell), que vive con el VIH, y el recolector de basura y huérfano, Caleb (Peter Macon) – nos sumerge en un mundo donde la pérdida, el estigma y la búsqueda de propósito se entrelazan de manera conmovedora.

La dirección de Silver Salt es inteligente y deliberada. Evitan el melodrama expositivo y confían en la imagen y el silencio para comunicar las emociones más profundas. El uso de la luz y el color es exquisito, especialmente en las escenas que representan los recuerdos de Ben, que se revelan como fragmentos de un pasado feliz y lleno de potencial. El ritmo de la película es pausado, lo que permite al espectador absorber cada detalle y conectar plenamente con los personajes. No hay apresurosos giros argumentales; la belleza reside en la construcción lenta y orgánica de la relación entre Ben y Caleb.

Las actuaciones son, sin duda, el corazón de la película. Jennifer Jordan Campbell y Peter Macon ofrecen interpretaciones extraordinarias. Su química es palpable, y la evolución de su amistad, que se transforma gradualmente en algo más profundo, es el núcleo emocional de la historia. Campbell transmite la vulnerabilidad y la fragilidad de Ben con una honestidad que resulta impactante. Macon, por su parte, construye a Caleb como un hombre marcado por la adversidad pero con una innegable bondad y un espíritu resiliente. Ambos actores logran que el espectador sienta su dolor, su anhelo y, sobre todo, su necesidad de ser amados.

El guion, adaptado de la obra teatral homónima, es una joya. Es inteligente, reflexivo y, a pesar de su temática densa, evoca una sensación de esperanza. Aborda temas universales como el amor, la familia, el legado, la enfermedad y la aceptación, pero lo hace de una manera genuina y sin recurrir a clichés. La película no ofrece respuestas fáciles; más bien, invita a la reflexión sobre lo que realmente importa en la vida y cómo podemos encontrar sentido a pesar de las dificultades. La manera en que se explora el impacto del pasado en el presente es particularmente poderosa y bien ejecutada. Existe una cierta tristeza inherente a la historia, pero esta se equilibra con momentos de humor y ternura, demostrando la capacidad del espíritu humano para perseverar.

En definitiva, “World and Time Enough” es una película profundamente conmovedora y visualmente hermosa. Es una película que se queda con el espectador mucho después de que termina, recordándole la importancia de la conexión humana y la búsqueda de un propósito en la vida. Es una obra que merece ser vista y valorada.

Nota: 8.5/10