Wrong Turn. Sendero al infierno (2021)

“Wrong Turn. Sendero al infierno” (2003) no es una obra maestra del cine de terror, pero sí un ejemplo muy bien ejecutado de lo que a menudo se considera “terror de supervivencia”, un subgénero que ha encontrado su lugar en el corazón de los aficionados al género. La película, a pesar de su fecha de lanzamiento, ofrece una experiencia visceral y entretenida, aunque su premisa no sea especialmente original. Sin embargo, lo que la eleva por encima de la simple repetición de clichés es la dirección de acción y la atmósfera que consigue crear. Vikander, el director, se concentra en el suspense y el ritmo, creando momentos de tensión genuina a medida que el grupo de amigos se encuentra cada vez más acorralado por los habitantes de las montañas, "The Foundation". La planificación de las persecuciones es notable, con escenas de persecución brutalmente realistas y consideradas desde la perspectiva de los personajes.

El reparto es sólido en su conjunto, con Elias Thorne destacando como el líder del grupo, Mark, quien se ve forzado a tomar decisiones horribles para proteger a sus amigos. Su actuación transmite eficazmente la desesperación y el miedo. Aunque los personajes son algo planos y estereotipados, como el chico deportista, la chica ingeniera y el chico con problemas, logran conectar con el espectador a través de sus reacciones y la amenaza inminente. La dinámica entre los personajes, marcada por el miedo, la desconfianza y la necesidad de supervivencia, es uno de los puntos fuertes de la película. Sin embargo, la profundidad psicológica de los personajes no es un punto central de la trama, priorizando la acción sobre el desarrollo de los personajes.

El guion, escrito por Joe Gillis y Alex Crooke, se apoya en un concepto interesante: la existencia de una comunidad aislada y fanática que utiliza métodos extremadamente violentos para proteger su territorio. La idea de un grupo de personas viviendo al margen de la sociedad, ocultando su existencia y empleando tácticas despiadadas, es un recurso recurrente en el género, pero “Wrong Turn” lo explora con una cierta crudeza. No obstante, el guion también recurre a algunos giros inesperados que funcionan bien y mantienen la tensión. La película no se centra en el gore explícito, sino en la atmósfera de terror psicológico y la sensación de estar atrapado en un lugar hostil. El ritmo es rápido y constante, evitando largas exposiciones y centrándose en la acción. La película no intenta ofrecer una justificación moral para los actos de violencia de "The Foundation", presentando a los personajes como seres humanos fundamentalmente malvados, lo que refuerza la sensación de peligro inminente.

En resumen, "Wrong Turn. Sendero al infierno" es un ejemplo sólido de terror de supervivencia, con buenas actuaciones, una dirección eficaz y un ambiente de tensión constante. Aunque la historia no es particularmente original, la película logra sumergir al espectador en un mundo de terror aislado y la sensación de estar en una situación de vida o muerte. Es un film disfrutable para los fans del género que buscan una experiencia de terror visceral y poco convencional.

Nota: 7/10