Wyrmwood: Apocalypse (2022)

“Wyrmwood: Apocalypse” se erige como un testamento al poder del cine de bajo presupuesto que, con una inversión incrementada y la tecnología a su favor, logra alcanzar niveles de intensidad y violencia que sorprenden, no por novedad, sino por la coherencia y el compromiso con la atmósfera visceral que definió su predecesora. La película, producida por los hermanos Rogenek (de "Super Size Me"), no intenta redefinir el género zombi, sino que se atreve a profundizar en la oscuridad y la desesperación que siempre residieron en el corazón del concepto. La mejora en la producción es palpable: la fotografía es más sombría y efectiva, con un uso magistral de la luz y la sombra que acentúa la sensación de claustrofobia y desolación. La banda sonora, una amalgama de sonidos industriales y electrónicos, se integra a la perfección, intensificando las escenas de acción y generando un ambiente de tensión constante.

La dirección de Simon Nash es, sin duda, el elemento más sobresaliente de la película. Nash no se limita a ser un mero director; se convierte en un narrador visual implacable, capaz de comunicar emociones complejas a través de la puesta en escena y el ritmo. Las escenas de combate son brutales, realistas y, a pesar de su violencia gráfica, no se sienten gratuitas. Cada golpe, cada herida, cada muerte están imbuídas de un significado que contribuye a la historia. El uso de cámara a menudo cercano y subjetivo nos sumerge en la perspectiva de los personajes, haciéndonos testigos directos de su lucha por la supervivencia. Sin embargo, a veces esta cercanía puede resultar un poco agresiva, y podría haber benefitado de algunos cortes más pausados para permitir una mayor inmersión emocional.

Las actuaciones son sólidas, lideradas por Jake Matthews en el papel de Max. Matthews transmite la desesperación, el dolor y la determinación de su personaje con una autenticidad notable. El resto del reparto, especialmente Katrina Cook como Sarah, aporta matices y profundidad a sus roles. No obstante, algunos personajes secundarios se sienten un poco planos y estereotipados, lo que resta fuerza a ciertas subtramas. El guion, aunque no presenta giros argumentales particularmente sorprendentes, se centra en explorar la psicología de los personajes y las consecuencias de un mundo devastado. La trama, inspirada en el folclore australiano y en la mitología oscura, es rica en simbolismo y ofrece una reflexión inquietante sobre la naturaleza humana, el sacrificio y la esperanza. La película se atreve a abordar temas complejos como la pérdida, el trauma y la búsqueda de redención, sin caer en melodramatismos innecesarios. Sin embargo, el ritmo puede ser irregular en algunos momentos, y algunas subtramas se sienten un poco diluidas en la trama principal.

En definitiva, “Wyrmwood: Apocalypse” es una secuela que cumple con las expectativas, y en muchos aspectos las supera, al consolidar el universo de “Wyrmwood” y explorar su oscuridad con mayor profundidad y ambición. Es una experiencia cinematográfica intensa, visceral y, a veces, perturbadora. Una película que exige atención y que, sin duda, dejará una huella duradera en el espectador.

Nota: 7.5/10