X-Men: Días del futuro pasado (2014)

“X-Men: Días del Futuro Pasado” es un intento audaz de la franquicia de explorar un pasado crucial para su historia, y aunque el resultado es un viaje cinematográfico visualmente deslumbrante, resulta ser una película que, en última instancia, se queda corta en su ambición. La película nos transporta a la década de 1970, un escenario que, paradójicamente, funciona como un contrapunto efectivo a la distopía futurista que ya conocemos. La dirección de Matthew Vaughn, conocido por su estilo visualmente impactante en “Kick-Ass” y “Kingsman”, se manifiesta con una estética vibrante y estilizada que captura a la perfección la esencia de la época: el diseño de vestuario, la fotografía y la banda sonora contribuyen a crear una atmósfera particular y memorable.

La trama, centrada en la necesidad de los X-Men de unificar fuerzas para prevenir una catástrofe que les espera en un futuro devastado, es una base sólida para una historia de suspense y acción. La amenaza de Trask Industries, la empresa responsable de los Centinelas, se presenta como una conspiración corporativa despiadada y, en cierta medida, se recuerda a las tramas de "La Cosa" o "Alien", con la peculiaridad de que el peligro reside en una creación humana. Sin embargo, el guion se complica por la necesidad de conciliar la narrativa principal con las interacciones entre los personajes, algunas de las cuales, lamentablemente, carecen de la profundidad que se merecen. Las relaciones entre Charles Xavier y Magneto, elementos vitales de la mitología de los X-Men, se ven eclipsadas por la trama temporal, lo que resulta en diálogos a menudo forzados y decisiones personajes poco convincentes.

Las actuaciones, en general, son sólidas. Hugh Jackman entrega una interpretación matizada de Wolverine, mostrando tanto su ferocidad como su vulnerabilidad. Sophie Turner como Jean Grey está particularmente destacada, logrando transmitir la complejidad emocional de su personaje. La presencia de actores veteranos como Patrick Stewart y Ian McKellen aporta una autenticidad y un peso a la historia que son cruciales. Sin embargo, la mecánica del viaje en el tiempo, utilizada para conectar los diferentes periodos, a menudo se siente como una excusa para la acción y no como un elemento que realmente profundice en la historia o en los personajes.

A pesar de sus fallos, “X-Men: Días del Futuro Pasado” ofrece momentos de genuino entretenimiento y una perspectiva fresca sobre el universo de los X-Men. La película logra evocar una sensación de peligro inminente y presenta un enfrentamiento final bastante épico. No obstante, la historia no consigue alcanzar el nivel de innovación que se prometía, y su excesivo enfoque en la acción termina dejando de lado algunos elementos fundamentales de la narrativa. Es una película visualmente atractiva, pero que necesita un guion más sólido para consolidarse como un hito en la franquicia.

Nota: 6.5/10