Yakari (2020)

“Yakari” es más que un simple espectáculo animado; es una invitación a reconectar con una esencia que, en nuestra sociedad moderna, a menudo se ve eclipsada por el ritmo frenético de la vida urbana. La película, adaptada de la popular serie de cómics francesa, logra traducir con notable éxito la dinámica y el espíritu aventurero de Yakari a la pantalla grande, ofreciendo una experiencia visualmente atractiva y emocionalmente resonante para el público familiar.

La dirección de Romain Wacker y Quentin Letechauve es acertada, logrando un equilibrio entre la acción trepidante propia del género western y la sensibilidad que caracteriza al personaje. No se rehúye a la comedia, presente desde las primeras escenas y que se mantiene a lo largo de la película con diálogos ingeniosos y situaciones humorísticas que incluso los adultos disfrutarán. Sin embargo, lo que realmente eleva la película es su capacidad de integrar con maestría los valores de respeto hacia la naturaleza y la importancia de la familia. Estas ideas no se imponen al espectador, sino que se integran de forma orgánica en la trama y en las acciones de Yakari y sus compañeros.

La animación es, en general, de muy buena calidad, con un estilo visual que recuerda a las cintas de animación tradicionales, pero con un toque moderno y vibrante. Los paisajes de la frontera americana se representan con gran detalle, creando un ambiente auténtico y envolvente. La banda sonora, compuesta por Jean-Michel Jarre, es complementaria, aportando épica y un ritmo que se adapta a las diferentes escenas de acción y momentos más emotivos.

Las actuaciones de los personajes, aunque realizadas por voces, son convincentes. El narrador, interpretado por Bertrand Chazeau, aporta un toque de humor y sabiduría al contar la historia. Los miembros de la tribu Sioux, liderados por el Gran Espíritu, ofrecen un apoyo constante a Yakari, representando la fortaleza y la unidad familiar. La interpretación de Yakari, dada por Pierre Vernier, es particularmente destacable; logra transmitir la valentía, la curiosidad y la bondad del pequeño protagonista sin caer en la caricatura.

A pesar de su éxito en el mercado franco-belga, “Yakari” encuentra una audiencia muy amplia en este nuevo formato. La película se enfrenta al desafío de ser tanto un producto familiar con un atractivo comercial, como un mensaje con valor para el espectador. En este sentido, “Yakari” es un triunfo; logra ser entretenida, conmovedora y, sobre todo, educativa, invitando a la reflexión sobre nuestra relación con el planeta y la importancia de valorar los lazos familiares.

Nota:** 8/10