Young adult (2011)

“Young Adult” de Nicholas Stoller es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida. Sin embargo, bajo la superficie de un relato aparentemente ligero sobre la crisis de la mediana edad, se esconde una reflexión perspicaz sobre el arrepentimiento, la nostalgia y la complejidad de las relaciones humanas. La película, que se sirve de la comedia para abordar temas serios, no siempre triunfa, pero ofrece momentos genuinos y un análisis sorprendentemente sutil de la vida adulta tardía.

El director se centra en Mavis Gary (Charlize Theron), una escritora de novelas para jóvenes que se encuentra sumida en una profunda crisis existencial tras el divorcio. Su intento de reconstruir su vida en su pueblo natal se ve frustrado cuando, para su sorpresa, reaparece su antiguo novio, Matt (Liam Neeson), con quien mantiene un romance tormentoso. La película explora la inevitable confrontación con el pasado, las decisiones pasadas y la sensación de que la vida no ha salido como uno había planeado. Es una situación inherentemente dramática, y Stoller logra generar tensión en estos momentos, aunque a veces se apoya demasiado en el humor como válvula de escape.

La actuación de Charlize Theron es, sin duda, el punto fuerte de la película. Ella encarna a Mavis con una vulnerabilidad y una ironía implacable. Theron transmite a la perfección la desesperación de una mujer que se siente atrapada en un ciclo de arrepentimiento y que busca, de alguna manera, encontrar un sentido a su existencia. Liam Neeson, por su parte, aporta un toque de ternura y una cierta melancolía al personaje de Matt. La química entre los dos actores es considerable, dotando a las escenas de conexión emocional de una manera convincente. También se destaca la actuación de Greg Kinnear, quien interpreta al terapeuta de Mavis con una naturalidad que le otorga credibilidad al personaje.

El guion, aunque inteligente y con momentos hilarantes, presenta algunas inconsistencias. La trama se complica con la introducción de un joven estudiante, Henry (Michael Cera), que se convierte en un nuevo interés romántico para Mavis. Este giro argumental, aunque busca añadir una capa de complejidad a la historia, a veces parece forzado y no encaja completamente con el tono general de la película. A pesar de ello, el diálogo es ágil y perspicaz, y la película logra evocar la nostalgia de una época pasada, especialmente a través de flashbacks que recrean la adolescencia de Mavis.

En definitiva, “Young Adult” no es una película revolucionaria, pero sí una comedia dramática con un punto de vista interesante sobre la vida adulta tardía. Es una película que invita a la reflexión y que, a pesar de sus ocasionales errores, ofrece un entretenimiento agradable y, en ocasiones, conmovedor. La honestidad con la que aborda temas difíciles, junto con la sólida actuación de Charlize Theron, la convierten en una experiencia cinematográfica recomendable.

Nota: 7/10