Z, la ciudad perdida (2017)

“Z, la Ciudad Perdida” es un thriller de aventuras visualmente impactante, pero que, lamentablemente, se queda a medio camino entre la promesa de una historia épica y la ejecución de una narrativa decepcionante. La película, dirigida por James Gray, se inspira en las obsesiones de Percy Fawcett y su búsqueda de la legendaria ciudad Z en el corazón de la selva amazónica, un relato que ha cautivado la imaginación popular durante décadas. Gray logra construir un ambiente palpable de tensión y peligro, gracias en gran parte a la fotografía de Roger Deakins, quien despliega una paleta de colores ricos y oscuros que evocan la inmensidad y el misterio del Amazonas. La cinematografía es, sin duda, el punto fuerte de la película y uno de los grandes atractivos que pueden captar la atención del espectador.

La historia se centra en la expedición de Fawcett (David Gyatnik) en 1925, liderada por su hijo, Jack (Charlie Heaton), quien se une a la aventura con la esperanza de honrar el legado de su padre. La trama, sin embargo, se complica con la llegada de una nueva expedición en 1937, liderada por el Dr. Beaumont (Mads Mikkelsen), quien está obsesionado con encontrar la ciudad Z y dispuesto a cualquier cosa para lograrlo. La rivalidad entre los dos grupos y sus diferentes motivaciones generan momentos interesantes, pero el guion, en general, carece de profundidad y complejidad. El ritmo es desigual, alternando escenas de acción y tensión con pasajes lentos y contemplativos que, a menudo, no logran conectar emocionalmente con el espectador.

Las actuaciones son sólidas, aunque no necesariamente memorables. Heaton ofrece una interpretación convincente de Jack Fawcett, transmitiendo su frustración, su idealismo y su desesperación a medida que la búsqueda se vuelve más peligrosa. Mikkelsen, como siempre, es efectivo en su papel de un hombre consumido por una obsesión, pero su personaje se siente algo unidimensional. Gyatnik, por su parte, logra dar vida a la figura de Fawcett, un hombre complejo y atormentado, cuya obsesión con la ciudad perdida lo ha llevado a la ruina personal. Sin embargo, la película podría haber profundizado más en la psicología de Fawcett, explorando las razones detrás de su búsqueda.

Si bien la película hace un buen trabajo en la recreación de la atmósfera de la selva amazónica y en la sensación de aventura, termina siendo un ejercicio estilístico más que una narración convincente. La promesa de un thriller de misterio se diluye en una búsqueda desesperada que se siente repetitiva y, en última instancia, carente de un verdadero misterio. La película se basa en la leyenda y el mito, pero no logra construir una historia sólida que justifique la inversión de tiempo del espectador. El desarrollo de los personajes y la exploración de las motivaciones de cada uno es, en general, superficial. Se presta más a la imagen de aventura que al desarrollo de un argumento cohesionado.

Nota: 6/10