Zoot Suit (1981)

“Zoot Suit” de John Silver, basada en el aclamado drama teatral de Luis Valdez, es una película que, a pesar de su valor histórico y social, es un ejercicio de ambición frustrada. La película, que se enfrenta a la tarea de traducir un relato profundamente arraigado en la realidad de la comunidad mexicana-americana en Los Ángeles durante la década de 1940 a la pantalla grande, no siempre logra la coherencia y el impacto emocional que merece. Sin embargo, es indudable que “Zoot Suit” ofrece una ventana crucial a un período convulso de la historia estadounidense, marcado por el racismo, la discriminación y la brutalidad policial.

La dirección de Silver, en general, es competente, pero a veces se ve superada por la complejidad de la narración. La película intenta abarcar demasiado, equilibrando la investigación legal, la presión social y las relaciones personales de los personajes, lo que resulta en momentos de ritmo desigual. La película se siente, en ocasiones, como si estuviera intentando dar una lección, en lugar de contar una historia convincente. No obstante, la película se beneficia de la atmósfera de la época, recreada con un notable detalle en los vestuarios y los escenarios. La representación de la cultura del “zoot suit” y la vida nocturna de la comunidad mexicana-americana es particularmente vibrante y convincente.

El reparto es, en su mayoría, excelente. Danny Glover ofrece una interpretación potente y conmovedora como Henry Reyna, transmitiendo la determinación y la desesperación de un joven acusado injustamente. Estella Ruiz, como la abogada Alice Bloomfield, ofrece un papel crucial, mostrando una firmeza y un compromiso con la justicia que contrastan fuertemente con la indiferencia y la brutalidad de la ley. El resto del reparto, incluyendo a Lena Horne, James Earl Jones y Bill Russell, contribuye con interpretaciones sólidas, aunque algunos personajes secundarios carecen de desarrollo. Es notable el trabajo de Jones, cuya interpretación como el detective encargado del caso es particularmente memorable por su ambivalencia moral.

El guion, adaptado de la obra teatral, presenta una fuerte carga moral y social. La película explora las tensiones raciales y culturales de la época, exponiendo la xenofobia y el prejuicio sistemático que enfrentaban los mexicanos-americanos. Sin embargo, a veces el diálogo es excesivamente expositivo y la trama, aunque justa, carece de la sutileza y el suspense que podrían haber elevado la experiencia. La resolución del conflicto, aunque satisfactoria, se siente un tanto apresurada y carece de la profundidad emocional que la historia merecía. La película no evade la denuncia social, pero podría haber profundizado más en las motivaciones de los personajes y las consecuencias de sus actos.

A pesar de sus fallas, “Zoot Suit” es una película importante. Sirve como un recordatorio inquietante de la historia olvidada de la comunidad mexicana-americana y de la lucha por la justicia y la igualdad. Su valor reside en su capacidad para visibilizar un evento histórico crucial y provocar una reflexión sobre las heridas del pasado. La película, en definitiva, no es perfecta, pero su valor histórico y su mensaje de dignidad y resistencia la convierten en una obra cinematográfica digna de ser vista y recordada.

Nota: 6/10