ZZ Top - Live from Texas (2008)

“ZZ Top - Live from Texas” no es simplemente un concierto grabado; es una inmersión total en la pura energía de la banda y en el espíritu desbordante de Texas. Filmar este espectáculo en su estado natal se siente como un acto de justicia, una celebración de la trayectoria de una agrupación que, durante décadas, ha definido el sonido del hard rock texano y, con ello, gran parte del sonido del rock and roll global. La película, editada con maestría, captura la locura y el entusiasmo de la multitud, pero lo que realmente destaca es la entrega visceral de la banda.

La dirección de la película, liderada por Bob Saros, no busca la grandilocuencia ni la perfección técnica. Se centra en la autenticidad, en los pequeños detalles que revelan la conexión entre los músicos y el público. La cámara captura los sudor, las sonrisas, los gestos característicos de Frank Beard, Dusty Hill y Billy Gibbons. El uso del plano secuencia durante algunas canciones, especialmente “La Grange”, es particularmente efectivo, sumergiendo al espectador en el momento, haciéndole sentir parte de la multitud. Es una dirección deliberadamente cruda y sin adornos, que refleja la personalidad directa y sin pretensiones de la banda.

Las actuaciones son, sin duda, el corazón de la película. Billy Gibbons, con su voz particular, su carisma y su destreza en la guitarra, domina el escenario con una presencia innegable. Su interacción con el público es magistral, con gags, bromas y un reconocimiento palpable de sus fans. Dusty Hill, aunque su voz es menos prominente en comparación con la de Gibbons, aporta una base sólida y un groove implacable. Frank Beard, el batería, es un espectáculo en sí mismo, un monstruo de ritmo que propulsa la banda con una precisión asombrosa. Las improvisaciones durante las canciones son breves pero significativas, mostrando la maestría y el conocimiento musical de cada miembro.

El guion, o la falta de él, también es un elemento clave del éxito de la película. No hay narración, ni entrevistas superficiales. La película se basa en la música, en el momento, en la interacción entre los músicos y la audiencia. Esta elección estratégica libera la energía del concierto y le permite a la película respirar. El resultado es una experiencia más honesta y auténtica que cualquier documental convencional. La banda no intenta contar una historia; simplemente se pone a tocar, y la cámara lo documenta con una honestidad brutal.

“ZZ Top - Live from Texas” no es un clásico absoluto, pero sí es una película esencial para los fans de la banda y para cualquier persona interesada en la esencia del rock and roll en vivo. Captura un momento perfecto de la carrera de ZZ Top, un momento en el que su música y su energía eran innegables. Es un testimonio de la longevidad y la vitalidad de una banda que continúa incendiando los escenarios décadas después de su apogeo. Es un viaje sonoro y visual que te dejará con ganas de saltar a la pista de baile.

Nota: 8/10