Constantin Codrescu

Acting

Género:: Hombre
Nacimiento:: 5 de septiembre de 1931
Edad:: 94 años
Lugar de nacimiento:: Huși, Vaslui, România

Conocido por

Cercul magic

La 'Moara cu noroc'

Biografía

Constantin Codrescu nació el 27 de abril de 1939 en la ciudad de Brăila, Rumanía. Desde muy joven, Codrescu mostró una pasión por las artes escénicas, lo que lo llevó a estudiar en el Instituto de Arte Teatral y Cinematográfico "I.L. Caragiale" en Bucarest, donde se graduó en 1961 bajo la tutela del profesor Ion Sava.

La carrera de Codrescu en el cine comenzó poco después de graduarse, cuando debutó en la película "Thirst" en 1961. Desde entonces, ha trabajado en más de 30 películas, incluyendo "Beyond the Sands" (1967), "The Last Assault" (1985), y "The Secret of the Secret Weapon" (1988). A lo largo de su carrera cinematográfica, Codrescu ha demostrado su versatilidad al interpretar una variedad de personajes, desde roles dramáticos hasta cómicos.

Además de su trabajo en el cine, Codrescu ha tenido una exitosa carrera en el teatro. Actuó en el Teatro Nacional "Vasile Alecsandri" de Iași, donde interpretó una variedad de roles en producciones clásicas y contemporáneas. También trabajó en el Teatro Nacional "Mihai Eminescu" en Timișoara, donde fue muy apreciado por su versatilidad y dedicación a la profesión.

En televisión, Codrescu es conocido por su papel en la serie "Toate pânzele sus" (1977), donde interpretó al Capitán Anton Lupan. Este papel lo convirtió en una figura muy querida en la televisión rumana y le valió el reconocimiento a nivel nacional.

Codrescu ha recibido varios premios a lo largo de su carrera, incluyendo el título de "Actor del Pueblo" en 2004, el premio UNITER por toda su carrera en 2002 y el premio "Gopo" al mejor actor en 2010. Estos premios reflejan su contribución significativa al cine, al teatro y a la televisión de Rumania.

En resumen, Constantin Codrescu es uno de los actores más venerados de Rumania, cuya carrera abarca más de medio siglo. Su impacto en el cine, el teatro y la televisión es innegable, y su dedicación a su oficio ha dejado una impresión imborrable en la cultura rumana.